Grupo Internacional de Contacto desde Nueva York: «La situación de Venezuela no permite otros retrasos»

El Grupo Internacional de Contacto (ICG) realizó una reunión a nivel ministerial en Nueva York el 23 de septiembre, donde dio la bienvenida a la participación de Panamá por primera vez como un Estado miembro.

Los miembros del ICG reafirmaron la «única solución sustentable a la crisis política de la crisis política venezolana, pacífica, democrática, que excluya el uso de la fuerza, y a través de elecciones presidenciales creíbles y transparentes». Además, los miembros expresaron su preocupación por la suspensión temporaria de las conversaciones de Oslo y urgieron a las partes a regresar a la mesa de negociación de forma creíble, inclusiva y seria según la agenda previamente establecida.

Según el ICG para que las negociaciones sean creíbles deben ser «representativas y presentar una perspectiva real del retorno a la democracia y el Estado de Derecho». La Asamblea Nacional como un cuerpo democráticamente electo necesita ser el actor central en el proceso. Las reciente creación de la «mesa nacional» entre las autoridades y algunas fuerzas políticas minoritarias no ofrecen las garantías necesarias para un proceso participativo e inclusivo.

«La situación del país no permite otros retrasos», dijeron los miembros de ICG. Además señalaron que una transición negociada que conduzca a elecciones presidenciales creíbles, transparentes y supervisadas internacionalmente, la restitución de los poderes públicos, y un paquete de garantías que permitan la convivencia política son elementos esenciales para superar la crisis, alcanzar la reconciliación nacional y la recuperación económica. «Las rutas alternativas solo pueden llevar a más polarización, mayor deterioro de la situación humanitaria y un aumento en las tensiones regionales con serios riesgos de cometerse errores», alertaron los miembros del ICG.

También señalaron que la gravedad de los hallazgos del informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos (ACNUDH) sobre la situación en el país, «que no puede ser ignorada», señalaron. El grupo instó a una total cooperación con la Oficina de la Alta Comisionada y los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, incluyendo el facilitar acceso total al país. El grupo apoya los pasos tomados para abrir una oficina de la ACNUDH en Venezuela. Así como todas las recomendaciones del informe deben ser totalmente implementadas, especialmente aquellas que se enfocan en la prevención, investigación, establecimiento de responsabilidades, reparaciones, y garantías de no repetición. El ICG está listo en asistir a la OACNUDH en sus esfuerzos para asegurar la promoción y protección de los derechos humanos y libertades fundamentales en Venezuela.

El ICG tomó nota del reconocimiento oficial de la crisis humanitaria y agradece las mejoras sustanciales en la configuración y coordinación del sistema humanitario. Elogia los esfuerzos de la ONU y de todos los actores que trabajan en el equipo humanitario del país para recopilar información, para emitir el primer plan de respuesta humanitaria con el objetivo de proporcionar y acelerar la respuesta a las múltiples necesidades de las personas.

Sin embargo, «las capacidades de implementación siguen siendo débiles en comparación con las necesidades. Todavía existen múltiples restricciones con respecto al acceso y las condiciones de operación para las organizaciones humanitarias, en particular las ONG», indicaron. El ICG subrayó la necesidad de garantizar condiciones adecuadas para el despliegue de organizaciones humanitarias nacionales e internacionales especializadas. Es crucial que las organizaciones humanitarias tengan acceso sin trabas a las personas en situación de vulnerabilidad para operar de manera independiente, prestar asistencia rápidamente, sin restricciones y sin interferencias políticas. «La ayuda a los necesitados es un imperativo humanitario; y no debe estar sujeto a condiciones ni usarse como parte de negociaciones políticas».

Consciente de la urgente necesidad de ampliar rápidamente la asistencia, el ICG hizo un llamado a los donantes para que aumenten sustancialmente el financiamiento humanitario y coordinen las intervenciones para permitir su uso más eficiente.

La crisis de refugiados y migrantes venezolanos se está convirtiendo en una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo y su magnitud plantea grandes desafíos para la región. Se estima que, hasta el momento, 4,3 millones de venezolanos han huido en su mayoría de países vecinos que soportan la mayor carga de esta crisis. La comunidad internacional debe hacer más para apoyar a los países anfitriones en términos de registro y socorro de emergencia, como refugio, atención médica, alimentos, pero también más apoyo estructural dirigido a crear oportunidades económicas, acceso a la educación para los niños e integración en el anfitrión. comunidades A este respecto, el ICG acogió con satisfacción el anuncio de la UE de la próxima Conferencia Internacional de Solidaridad sobre la crisis de refugiados y migrantes venezolanos que se celebrará en Bruselas a finales de octubre. Esta iniciativa será organizada conjuntamente con el ACNUR y la OIM, en estrecha coordinación con el proceso de Quito.

«Más que nunca, Venezuela necesita el apoyo de una comunidad internacional que trabaje en conjunto y de forma complementaria. Los esfuerzos internacionales coordinados son cruciales para ayudar a los venezolanos a restaurar la democracia y el orden constitucional», señalaron los miembros.

El Grupo acordó continuar su alcance a todos los actores internacionales relevantes y acogió con beneplácito la celebración de reuniones con CARICOM y el Grupo de Lima. También continuarán los estrechos contactos con las partes interesadas nacionales, incluso mediante una nueva visita del asesor especial para Venezuela, Enrique Iglesias, a Caracas.

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