(Ginebra, 25/2/2020) Durante la apertura de la 43° sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, informó a los miembros del Consejo sobre los retos que enfrentan los derechos humanos, la paz, el desarrollo y el ambiente al rededor del mundo.
Me gustaría dar la bienvenida al Secretario General y agradecerle por lanzar un Llamado a la Acción, uno que reconfirme y vuelva a comprometernos a todos a una agenda compartida de protección y prevención que abarque todos los derechos humanos.
Como ha mencionado el Secretario General, muchos eventos mundiales llaman la atención de esta sesión de alto nivel del Consejo. Algunas son emergencias que exigen una acción rápida y decisiva. Otros, como la crisis climática, son problemas a más largo plazo que requieren medidas igualmente decisivas, sostenidas en el tiempo, para resolver los desafíos.
Las amenazas a los derechos humanos, al desarrollo y la paz pueden estar aumentando, pero también lo son las soluciones prácticas y viables basadas en normas sólidas de derechos humanos.
Los acuerdos multilaterales de los últimos años aportan muchas soluciones: la Agenda 2030, el Pacto Mundial sobre Migración, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, entre otros. Otros se derivan del gran cuerpo de derecho internacional de los derechos humanos y las recomendaciones específicas de derechos humanos de este Consejo, sus Procedimientos Especiales, el Examen Periódico Universal, los Cuerpos de Tratados y mi Oficina.
Los jóvenes ingeniosos e ingeniosas también deben ser vistos como parte de la solución a las crisis que enfrentamos. Hoy, muchos critican las desigualdades y piden una gobernanza más receptiva, una mayor igualdad de oportunidades y el respeto de los derechos humanos.
En este contexto, quiero llamar su atención sobre una declaración hecha por Jonas Salk, el visionario pediatra e inventor de la vacuna contra la polio.
Salk dijo: «Nuestra mayor responsabilidad es ser buenos antepasados».
Para ser buenos antepasados, debemos preparar, para nuestros jóvenes, y las generaciones venideras, un mundo que pueda alimentar vidas dignas, libres y pacíficas.
Excelencias
El panorama político turbulento de hoy requiere herramientas de políticas utilizables basadas en la experiencia, con un historial comprobado de éxito.
Estas herramientas existen.
Las medidas que promueven el acceso a la educación, la atención médica, la protección social universal y una vida digna han demostrado su impacto como palancas para un mayor beneficio social, económico e individual.
La amplia participación de las personas, incluidos los jóvenes, y las instituciones transparentes y responsables pueden promover la armonía social, la sostenibilidad económica y la innovación.
Las leyes y políticas que defienden la igualdad tienen un impacto positivo inmediato y duradero en las estructuras políticas, sociales y económicas. Para poner fin a las desigualdades y la pobreza, e impulsar la estabilidad social, necesitamos desmantelar la discriminación que frena a tanta gente.
Mi Oficina está comprometida a trabajar con los Estados, las Naciones Unidas y los socios regionales y la sociedad civil para garantizar que haya un progreso más rápido hacia la inclusión social y el logro de los ODS. Estas metas alcanzables beneficiarán a todos los países y comunidades.
Estamos aumentando nuestra cooperación técnica para ayudar a los gobiernos a proporcionar un acceso mayor y más equitativo a los servicios fundamentales, al tiempo que fortalecemos nuestra asistencia práctica para enfrentar los desafíos económicos y sociales. También continuaremos trabajando con instituciones financieras de negocios y desarrollo para una mayor responsabilidad ante las comunidades donde trabajan; y con los sindicatos, promoviendo los derechos laborales.
Una toma de decisiones más informada, una mayor justicia, un desarrollo más sostenible y relaciones más pacíficas, dentro de las naciones y entre ellas, son los objetivos del trabajo de monitoreo, asistencia y defensa de mi Oficina, junto con la sociedad civil y nuestros socios en la ONU .
Señora Presidenta
Mientras los incendios ardían en partes de Australia en los últimos meses, vimos un fenómeno que inspiró horror: la formación de una tormenta de fuego.
Cuando se cruzan múltiples llamas más pequeñas, alcanzan un calor de tal intensidad que atrae el aire circundante hacia adentro y hacia arriba. Estos vientos más fuertes avivan aún más el fuego, creando muros de llamas de más de 200 metros de altura. Incluso generan relámpagos, lo que desencadena aún más incendios que a su vez contribuyen a la conflagración, hasta que se hace imposible para los seres humanos vencerlo.
No entreguemos a nuestros jóvenes ni a sus hijos una tormenta incontrolable de crisis de derechos humanos que se cruzan y se intensifican.
La agenda de derechos humanos ofrece orientación para resolver quejas y conflictos, mejorar vidas y crear mayor justicia, más paz y un desarrollo más sostenible.
Le pido que aproveche estas soluciones y el poder de la acción cooperativa para garantizar un mundo más equitativo y sostenible para todos nosotros; para la juventud de hoy; y para mañana
Gracias señora Presidenta.
Traducción no oficial
