Por falta de oportunidades económicas formales muchas venezolanas se ven forzadas a recurrir al sexo para sobrevivir en Guyana

Mientras la situación continua deteriorándose en Venezuela, 3.7 millones de personas han dejado el país y las salidas continúan sin cesar. Los países fronterizos con Venezuela continúan siendo los primeros puertos de entrada para múltiples tipos de movimientos poblacionales, incluyendo personas que buscan asilo o una estadía regular, personas en tránsito, así como movimientos pendulares para atender sus necesidades básicas y otros que retornan a sus países de origen.

En marzo 2019, en Guyana se llevó a cabo una evaluación interagencial de violencia rápida de género (VG) apoyada por el Grupo de Trabajo VG de la Plataforma de Coordinación Interagencial Regional para Refugiados y Migrantes de Venezuela. El objetivo general de la evaluación fue comprender los riesgos y vulnerabilidades de la violencia de género que enfrentan las mujeres y niñas venezolanas y que regresan de Guyana, en particular, las causas fundamentales, las brechas en la prestación de servicios de violencia de género y los factores que limitan su acceso a los servicios disponibles.

Durante la evaluación rápida interagencial de VG, se recopiló información sobre los riesgos graves de violencia de género, como la supervivencia sexual, la trata de personas, el acoso y violencia sexual, violencia doméstica, explotación y abuso sexual, explotación laboral y discriminación.

La barrera del idioma así como la carencia de un estatus legal en el país son las circunstancias que ponen en particular a las mujeres y niñas venezolanas en una situación vulnerable. Los esfuerzos de las autoridades en Guyana para combatir y prevenir diferentes formas de violencia de género para combatir y prevenir diferentes formas de violencia, anterior a la afluencia de venezolanos y guyaneses que regresan, sin embargo, las capacidades nacionales y recursos son limitados. Este reporte interagencial contiene información sobre las raíces de la violencia de género y los factores que contribuyen a la misma, con un enfoque en el flujo de venezolanos y guayasenses retornados, así como recomendaciones para el gobierno de Guyana, agencias de Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil con presencia en el país sobre una efectiva implementación para la prevención de la violencia de género, mitigación y programas de respuesta.

Principales hallazgos

a. Sexo de supervivencia

Como parte de los reportes compartidos por los participantes e informantes claves, la principal concentración de mujeres venezolanas en el país se encuentran en los al redores de las zonas mineras. En estos lugares trabajan en tiendas, servicios de limpieza, bares, hoteles y club nocturnos.

En Georgetown, las venezolanas hablaron sobre varias ocasiones en que las principales barreras a las cuales se enfrentaron para tener acceso a oportunidades económicas formales fueron el idioma y la falta de referencias profesionales en Guyana. Por lo tanto, la mayorías de las venezolanas e incluso guyanesas terminaron trabajando en lugares donde tenían más probabilidades de ser explotadas, verbalmente o físicamente abusadas por sus empleadores o compañeros de trabajo. Algunas mujeres venezolanas terminan trabajando en bares y teniendo sexo con los clientes a cambio de dinero. En varias de las áreas monitoreadas muchas mujeres recurren al sexo por supervivencia, no porque ellas quieran, sino porque no hay otras opciones para ayudar a sus familias en Venezuela.

Una de las entrevistadas afirmó: «Ninguna mujer desea ser una trabajadora sexual, lo hacemos porque nos vemos forzada a ello y no tenemos otra opción». En el Puerto Kaifuma, las mujeres informaron que comenzaron a trabajar como trabajadoras sexuales luego de llegar a la ciudad y enfrentar dificultades para comunicarse en español y encontrar un empleo bien remunerado que les permitiera cubrir sus gastos y enviar dinero o bienes a sus familias en Venezuela que dependen de ellas. Muchas afirmaron que eran profesionales en su país y tenían una «vida decente» en Venezuela y que sus familias desconocían lo que hacían en Guyana

Tráfico humano con el propósito de explotación sexual

Durante la evaluación rápida de violencia de género, muchas de las venezolanas compartieron sus experiencias de ser contrabandeadas a Guyana y luego traficadas. Algunas mencionaron que escucharon de amigos y familiares acerca de las oportunidades de hacer dinero en Guyana al trabajar en bares, hoteles y clubes nocturnos. Algunas de estas mujeres llegan bajo sus propios medios, sabiendo que serían trabajadoras sexuales («comprando»), pero no estaban totalmente conscientes de las condiciones de trabajo. Algunas trabajaban en las minas en Venezuela, por ejemplo San Martín, conocida como una zona minera y comercial en Venezuela. Otras llegaron a través de amigos o compañías de turismo con la promesa de trabajar en otro tipo de empleos como limpieza, cocina en las minas, etc.

Se informó que el costo de transporte, alojamiento y comidas son pagados por las personas que las llevan a Guyana. Una vez que ellas llegan al país, son transportadas secretamente a Georgetown o a Bartica, son encerradas en un casa e instruidas a que deben pagar una alta suma de dinero (entre 200 y 700 dólares) por su transporte, comidas y alojamiento. Una vez que la deuda es pagada, se supone que la persona es dejada en libertad. Algunas reportan que fueron regularmente robadas mientras trataban de ahorrar dinero para pagar la deuda. Aquellas que trabajan en bares corren altos riegos como: clientes violentos, violencia sexual y abuso. Desde 2018, más y más sobrevivientes de violencia de género han sido identificadas en Guyana. Para las sobrevivientes de violencia de género y tráfico, el acceso a la asistencia y apoyo de agencias de Naciones Unidas relevantes y autoridades del gobierno no está garantizado de forma sistemática.

En una reunión con el Director de la Unidad Contra el Tráfico de Personas en el gobierno, se destacaron varios desafíos a los que las víctimas de la trata de personas deben obtener un estatus de inmigración legal en Guyana. A pesar del hecho de que las víctimas de trata cooperan con el sistema judicial para que los perpetradores sean procesados, no se los concede un estatus migratorio legal en Guyana y tienen que ser repatriadas a sus países de origen o seguir todos los requerimientos establecidos por la Unidad de Inmigración para regularizar su estatus migratorio en el país como cualquier otro extranjero.

La Unidad Contra el Tráfico, en colaboración con la OIM, ha estado trabajando en sensibilizar a las comunidades en locaciones claves a través de materiales comunicacionales. Estos materiales contienen información sobre las leyes en Guyana contra el tráfico de personas, los derechos de las víctimas, procedimientos de denuncia para reportar cualquier incidente sobre trata, y números de contactos relevantes.

El director de la Unidad Contra la Trata resaltó el hecho de que el trabajo sexual en Venezuela es legal, mientras que en Guyana es ilegal por lo que las venezolanas deben estar conscientes de esto, particularmente desde que hay organizaciones que llevan venezolanas al país para realizar empleos de tipo sexual.

Con respecto a refugios para víctimas de trata de personas, se mencionó en la reunión con el Ministro de Protección Social tiene refugios y espacios transicionales, y dependiendo del estatus del caso de las víctimas de tráfico, la persona puede ser reubicada a uno u otro.

Las venezolanas que han sido víctimas de trata tienen acceso a refugios y espacios transicionales según la Unidad Contra la Trata. Sin embargo, algunos de ellos prefieren estar alojados en apartamentos, las cuales son brindados por la Unidad Contra la Trata con el apoyo de la OIM. A las víctimas también se les brindan alimentos y apoyo financiero. Si la víctima es guyanesa entonces se considerará y proporcionará asistencia con actividades de medios de vida. Para las venezolanas, es un reto si no hablan el idioma y no tienen residencia o permiso de trabajo requerido para iniciar un negocio propio en Guayana. La tasa de éxito de la iniciativa de encontrar actividades de medios de vida para las víctimas de trata ha sido baja. La Unidad ha sido capaz de ofrecer apoyo psicosocial limitado en Georgetown a través de un asistente bilingüe.

Sobre menores que han sido víctimas de trata, el director de la Unidad de Contra el Tráfico mencionó que los casos que involucraban menores han sido identificados y se les ha brindado asistencia. Sin embargo, no se mostraron datos. Se mencionó que los niños son usualmente traficados para explotación laboral, a diferencia de las niñas que son traficadas para explotación sexual.

Acoso y violencia sexual

Información sobre algunos hechos de acoso y violencia sexual contra venezolanas fueron supuestamente cometidos por taxistas guayasenses, sin embargo estos incidentes no han sido informados a la policía por miedo a represalias.

En términos de seguridad en las calles, las venezolanas en varios lugares se quejan sobre la inseguridad, palabras ofensivas, acoso y en algunos casos violencia sexual. Algunas mencionaron que se sentían inseguras caminando solas en las noches, particularmente en lugares como Mabaruma donde la electricidad se corta diariamente a las 10 p.m. Como una forma para protegerse, las venezolanas caminan en compañía de familiares y amigos. También mencionaron en varios grupos que es muy común que en bares guayasenses por tragos para ser «pulladas»

Violencia doméstica

Algunas venezolanas mencionaron que se encontraban en relaciones románticas con sus clientes o con otros guayasenses, algunas tienen niños con ellos. Casos de violencia fueron reportados, incluyendo abuso emocional y físico por parte de sus parejas guayasenses, quienes algunas veces perciben el trabajo sexual como una forma de infidelidad. Aquellas que tienen niños son más propensas a recibir amenazas por parte de sus parejas, por ejemplo: sus hijos serán llevado lejos de ellas y no podrán volver a Venezuela.

Algunas mujeres informaron sobre los retos que enfrentan como sobrevivientes de la violencia doméstica, cuyos esposos y padres de sus hijos son guyaneses, y que se ven imposibilitadas a buscar ayuda por temor a represalias. Algunas quieren protección para si mismas y sus hijos, tanto en Venezuela o en cualquier otro país. Sin embargo, se requiere de un permiso de viaje firmado por el padre del niño, lo cual es muy difícil de obtener para las venezolanas.

Explotación sexual y abuso

Incidentes de explotación sexual y supuesto abuso fueron denunciados durante el estudio, así como barreras para reportar estos casos. Hay una necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de recepción de denuncias y repuesta en el país, así como sesiones de entrenamiento sobre protección contra la explotación sexual y abuso para funcionarios públicos, incluyendo policías, militares y oficiales de migración.

Explotación laboral

Actividades económicas en el país están limitadas y el flujo de venezolanos añade estrés al sistema. Las venezolanas y venezolanos buscan de empleo y están dispuestos a trabajar por mucho menos que los locales. Están constantemente expuestos a explotación laboral, así como a largas jornadas laborales por trabajos con salarios bajos o mal pagados, horas extras no pagadas, sin descanso durante las festividades, abuso físico o verbal y acoso sexual. La falta de oportunidades económicas formales forzan a los venezolanos, particularmente las mujeres, a recurrir a trabajos sexuales. Muchas de ellas van al Puerto Kaituma, Baritica, algunas incluso van a zonas mineras, debido a que allí hay más oportunidades de ganar dinero. Sobre los hombres venezolanos, muchos continúan buscando un empleo regular pero usualmente se ven limitados a opciones inestables y explotadoras. No hay información sobre venezolanos que recurren al sexo por dinero.

Traducción no oficial.

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