Relator Oliver De Schutter asegura que Los Estados deben aunar la lucha contra la pobreza con la transición hacia una economía verde

(Nueva York, 22/10/2020) Sólo podremos superar la crisis económica y ambiental que vivimos con un modelo de desarrollo que aborde conjuntamente los desafíos de la erradicación de la pobreza y la sostenibilidad ambiental, afirma un experto de las Naciones Unidas en un informe.

El informe presentado a la Asamblea General de las Naciones Unidas por Olivier De Schutter, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, ofrece una visión de derechos humanos tanto para la erradicación de la pobreza como para la transición hacia sociedades con bajas emisiones de carbono.

«Las respuestas gubernamentales a la crisis económica actual han de contribuir a un nuevo modelo de desarrollo en el que la pobreza y el medio ambiente no sean preocupaciones secundarias. Los principios de la ‘transición justa’ proporcionan una hoja de ruta para que los gobiernos diseñen sus planes de recuperación de manera que cumplan con sus obligaciones en materia de derechos humanos y con los requisitos de la Agenda 2030″, sostiene De Schutter.

Desde el comienzo de la pandemia del COVID-19, los gobiernos han inyectado al menos 11 billones de dólares en la economía a través de planes de recuperación. «Muchos planes gubernamentales ignoran abiertamente la urgente necesidad de ecologizar la economía, a pesar de que disponemos de evidencia más que suficiente de que las personas que viven en la pobreza son las primeras víctimas de las crisis ambientales», afirma De Schutter. Las personas que viven en la pobreza son las que más sufren los impactos de la contaminación y del vertido de residuos, y están sobrerrepresentadas en los 1.200 millones de puestos de trabajo (el 40 por ciento del empleo mundial) que dependen de unos ecosistemas sanos.

«Los planes de recuperación deben dar prioridad a la creación de empleos para personas con bajos niveles de cualificación en los sectores que más importan en la transición ecológica: energías renovables, transporte público, la remodelación de edificios, o la economía circular y de reparación», dice De Schutter.

«Las pruebas son concluyentes: un escenario coherente con el Acuerdo de París crearía 18 millones de empleos netos, cada millón de dólares gastado en eficiencia energética crea 7,72 empleos (frente a los 2,65 empleos con el mismo gasto en el sector de los combustibles fósiles), y se pueden crear 5 millones de empleos en todo el mundo duplicando las inversiones en transporte público. Estos empleos son de vital importancia para aquellas personas que viven en situación de pobreza o con bajos ingresos. ¿Qué mayor evidencia necesitamos para empezar a actuar ya?», insta el experto de la ONU.

«No tenemos tiempo que perder. Esta pandemia ya ha devastado las vidas de demasiadas personas. Los gobiernos deben actuar ahora antes de que nos golpee la próxima crisis –lo más probable una crisis relacionada con el clima— porque la pregunta no es si ésta sucederá, sino cuándo lo hará», advierte De Schutter.

Los planes de estímulo económico que se están poniendo en marcha ahora configurarán las economías y sociedades para la próxima generación: el informe presentado a la Asamblea General describe cómo los gobiernos pueden aprovechar esta oportunidad única de cambiar su hoja de ruta. «La transición ecológica sólo tendrá éxito si va de la mano con la justicia social. La pobreza no puede erradicarse a expensas de que nuestro planeta sobreviva: es sólo abordando ambos desafíos de forma simultánea que lograremos una solución a los dos. ‘Reconstruir mejor’ después del COVID-19 no significa volver al statu quo, sino desarrollar políticas públicas para la erradicación de la pobreza dentro de los límites planetarios», concluye De Schutter.

Fuente oficial