81% de las personas venezolanas encuestadas por el MMC afirmaron haber usado traficantes para ingresar a Colombia y Perú durante la pandemia

El tráfico de personas es un tema polarizador y las discusiones públicas y políticas sobre el tema a menudo se basan más en suposiciones que en evidencia y carecen de una perspectiva equilibrada y matizada. La migración de los refugiados y migrantes venezolanos a menudo es facilitada por traficantes. Este snapshot elaborado por el Centro de Migración Mixta (MMC por sus siglas en inglés) ofrece un análisis de las actividades de tráfico utilizadas por las personas encuestadas en Perú y Colombia, y cómo la pandemia del Covid-19 ha impactado el uso de traficantes.

Hallazgos principales

  • • La mayoría de las personas encuestadas (69%) utilizó servicios de tráfico durante su viaje.
  •  El uso de tráfico aumentó del 60% entre las personas encuestadas en 2019 al 81% entre las encuestadas en 2021.
  • Los traficantes van más allá de facilitar los cruces fronterizos: también proporcionan transporte dentro de los países (38%), negocian con las autoridades (16%) y proporcionan agua, alimentos (13%) y alojamiento (6%).
  • Si bien las personas en movilidad a veces no ven otra alternativa que utilizar traficantes para migrar, y, además, las rutas pueden ser más riesgosas al no usarlos, los traficantes también pueden representar un peligro: el 26% de las personas encuestadas los identificaron como perpetradores de abusos.

El 68% de las personas encuestadas fueron mujeres y el 32% hombres. Las personas encuestadas tuvieron con mayor frecuencia entre 26 y 35 años (38%) y la edad promedio de la muestra fue de 33 años.

Al momento de la encuesta, las personas encuestadas en Colombia se encontraban en Barranquilla (22%), Riohacha (19%), Bogotá (19%), Cúcuta (16%) e Ipiales (9%), entre otras ciudades con menores porcentajes. En Perú, las personas encuestadas se encontraban en Lima (62%) y Arequipa (35%), entre otras ciudades con porcentajes inferiores al 1%.

Las dinámicas del tráfico en la región son complejas e involucran a una diversidad de actores: bandas criminales, grupos armados que participan en el conflicto armado colombiano, ciudadanos privados o personas en movilidad que ven el tráfico como una actividad generadora de ingresos como cualquier otra, y autoridades corruptas. Para evitar confusiones, los encuestadores de 4Mi explicaron a las personas encuestadas que el tráfico de migrantes puede incluir todas las actividades relacionadas con la facilitación del cruce irregular de fronteras o la residencia irregular en otro país con el objetivo de obtener un beneficio económico o material,4 ya que a menudo las personas encuestadas no identifican las actividades de tráfico como tales.

Los servicios de tráfico utilizados por las personas en movilidad pueden variar entre un “paquete todo incluido” (que organiza todos los aspectos del viaje desde el país y el lugar de origen hasta el destino final) hasta interacciones muy limitadas, que afectan sólo una parte del viaje.

Los grupos criminales controlan los pasos fronterizos irregulares, conocidos como “trochas”, entre Colombia y Venezuela,5 y Colombia y Ecuador. Esos grupos criminales controlan directamente el tráfico de migrantes en esas fronteras. Las personas refugiadas y migrantes que desean utilizar estos caminos generalmente tienen que pagar a los grupos criminales para que se les permita cruzar de manera segura.

El uso del tráfico es común entre las personas encuestadas

El 69% de las personas encuestadas contrató a algún traficante para facilitar su viaje. De ellas, el 54% utilizó a un traficante para parte del viaje, el 34% para varias partes del viaje y el 12% para todo el viaje. Las personas encuestadas en Perú informaron haber usado traficantes en una proporción menor en comparación con las de Colombia: 57% versus 74%.

Esta diferencia puede explicarse, al menos parcialmente, por el hecho de que algunas personas encuestadas contrataron “agentes de viajes” en Venezuela para facilitar su migración y pagaron un “paquete completo” para llegar a Perú. Las personas encuestadas rara vez identifican a estos agentes como traficantes, a pesar de que su función incluye la organización del tránsito irregular a través de las fronteras. Las personas encuestadas en Perú también son más reacias a hablar sobre sus interacciones con los traficantes, en comparación con las de Colombia.

La necesidad del tráfico aumentó durante la pandemia de Covid-19

El uso de traficantes fue más frecuente entre las personas encuestadas que migraron más recientemente. Existe una diferencia significativa entre el uso de traficantes antes y durante la pandemia de Covid-19: el 62% de las personas encuestadas que migraron antes de la pandemia (1283/2069) utilizaron traficantes, mientras que la cifra fue de 81% entre las que migraron durante la pandemia (1020/1259).

Colombia, Ecuador y Perú cerraron sus fronteras durante la pandemia de Covid-19 y aumentaron los controles fronterizos. Para la mayoría de las personas encuestadas, tales restricciones aumentaron la necesidad de contratar traficantes para ingresar a esos países por caminos ilegales, conocidos como “trochas”. Muchas personas encuestadas consideraron que los traficantes tenían más capacidad para organizar el cruce irregular, ya que sabían cómo evitar ser detectados por las autoridades locales o convencerlas de que dejaran pasar a la gente.

Las principales actividades de tráfico son el cruce de fronteras y el tránsito dentro de los países

Los traficantes se usan principalmente para facilitar el cruce de fronteras entre los diferentes países a lo largo de la ruta migratoria, según informó el 93% de las personas encuestadas que utilizaron traficantes.

Sin embargo, los traficantes también brindaron otros tipos de servicios. El 38% de las personas encuestadas mencionó que los traficantes proporcionaron transporte dentro del país. El 16% informó que los traficantes tuvieron contacto con las autoridades: según los encuestadores de 4Mi, los traficantes a veces sobornan a las autoridades para permitir que las personas ingresen al país de manera irregular, o para evitar la detección en los puestos de control dentro del país.7 Las personas encuestadas también declararon que los traficantes les proporcionaron agua, comida (13%) o alojamiento (6%).

Es más probable que las personas encuestadas en Perú utilicen traficantes para algo más que para cruzar la frontera, comparado con las encuestadas en Colombia. Esto se refleja, por ejemplo, en el suministro de agua o alimentos (32% Perú versus 7% Colombia), alojamiento (21% Perú versus 1% Colombia), trato con las autoridades locales (17% Perú versus 12% Colombia) y acceso a comunicaciones como teléfonos e internet (8% Perú versus 2% Colombia). Se debe en parte al hecho de que el viaje entre Venezuela y Perú es más largo que el viaje entre Venezuela y Colombia.

Tráfico: ¿un riesgo, una oportunidad o ambos?

El uso de traficantes fue considerado como una necesidad por la mayoría de las personas encuestadas que migraron a Colombia o Perú, y más aún durante el brote de Covid-19 debido a restricciones de movimiento. El 90% de las personas encuestadas que utilizaron traficantes mencionaron que los ayudaron a lograr su objetivo de migrar a otro país.

Según los encuestadores de 4Mi, las personas encuestadas a menudo describen a los traficantes como algo parecido a proveedores de servicios, especialmente aquellos que cruzan la frontera entre Venezuela y Colombia en la región norte de La Guajira: el uso de servicios de tráfico para migrar se considera tan normal y necesario que algunas personas encuestadas recomiendan los servicios de traficantes en los que confían a sus familiares.

Sin embargo, esto no implica un papel únicamente positivo de los traficantes: el 26% de las personas encuestadas (629/2421) los mencionaron como perpetradores de abusos. Además, el 16% de las personas encuestadas consideró que sus traficantes los habían
engañado intencionalmente sobre el viaje (ver Figura 6). Según los encuestadores de 4Mi, los traficantes a menudo prometen seguridad durante el viaje. Sin embargo, una proporción considerable de las personas encuestadas es testigo o sufre violencia a lo largo de la ruta, y
especialmente en los cruces fronterizos irregulares8 la extorsión es frecuente, y las personas encuestadas también denunciaron violencia sexual, secuestro o violencia física que condujo a la muerte.

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