El Observatorio Latinoamericano de Desplazamiento Forzado considera que el flujo de desplazamiento forzado en la región inicia en Venezuela

(Centroamérica, 12/11/2021) Las organizaciones internacionales Save the Children, Consejo Noruego de Refugiados, Médicos por el Mundo y Oxfam, junto a 6 organizaciones de Centroamérica crearon el Observatorio Latinoamericano de Desplazamiento Forzado. Como una propuesta para y cerrar las brechas de protección y asistencia humanitaria ante la crisis de desplazamiento forzado en el corredor migratorio de Latinoamérica.

El Observatorio recuerda que el  desplazamiento forzado o migración forzada es definida por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) como “la realizada por cualquier persona que abandona su país para escapar de la persecución, el conflicto, la represión, los desastres, la degradación ecológica u otras situaciones que ponen en peligro su existencia, su libertad o sus medios de vida».

Señala, que en términos generales, al menos siete países en Latinoamérica y el Caribe están experimentando de manera simultánea prácticamente todas las causas que cita la OIM en su concepto de desplazamiento forzado. El impacto de la crisis climática se ha traducido en el deterioro progresivo de la situación alimentaria en amplios sectores de la población, escenario al que se suman las consecuencias socioeconómicas de la pandemia del COVID-19, el impacto de terremotos y huracanes, las diversas crisis políticas y de deterioro democrático, especialmente en Haití, Cuba, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador.

En los países indicados anteriormente, durante los últimos cinco años se han incrementado vertiginosamente la cantidad de personas que migran irregularmente como única salida para escapar de las múltiples crisis que les afectan. El flujo más importante del desplazamiento forzado en la región se desarrolla en el corredor migratorio que va desde la frontera entre Venezuela y Colombia, pasando por el “tapón del Darién” que se ubica en la frontera entre Panama y Colombia, continuando por Centroamérica, hasta la frontera sur de Estados Unidos de América (EE.UU.) con México.

Las distintas crisis que han afectado la región se agravaron a partir de 2018, siendo su rostro más visible en términos de desplazamiento forzado, el inicio en ese año de las caravanas de centroamericanos que partían de Honduras y El Salvador buscando llegar a EE.UU.; y el incremento de los “caminantes” venezolanos que emprendían su viaje desde la frontera entre Venezuela y Colombia, para trasladarse a países del sur y, recientemente, también hacia el “tapón del Darién” para dirigirse hacia EE.UU.; eventos que se han traducido en un incremento de las personas que intentan cruzar la frontera sur de EE.UU. a partir de 2019.

Las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (U.S Customs and Border Protection – CBP-) respaldan la afirmación anterior. Las estadísticas elaboradas por la CBP se basan en el registro de “encuentros”, que incluyen tanto aprehensiones e inadmisibles bajo el Título 8, como expulsiones de acuerdo al Título 42. El Titulo 42 es de especial interés, ya que en marzo de 2020 entró en vigencia en EE.UU. usando el pretexto de frenar el avance de COVID-19 para cumplir con la agenda anti-refugiados de la administración de Donald Trump, prohibiendo así la entrada de personas desde México y Canadá. Esta medida supone la automática expulsión de las personas sujetas a esa orden al último país de tránsito, o a su país de origen de ser necesario. La puesta en marcha de las medidas adscritas al Título 42 ha desencadenado una nueva cara en la crisis migratoria, con expulsiones masivas en condiciones humanitarias deplorables.

En línea con lo anterior, en año fiscal 2021 (01/10/2020 – 31/09/2021) la CBP reporta un total de 1,734,686 encuentros (personas detenidas o expulsadas) en la frontera sur de Estados Unidos de América, lo que representa un incremento de 43.65% (n=617,231) en comparación con 2019. El promedio anual de encuentros en la frontera sur de EE.UU. en el período 2012 -2018 fue de 489,558 personas, para el año fiscal 2019 casi se duplicó (977,509) y en 2021 superó el triple (1,734,686) de ese promedio anual.

Es importante resaltar que no es apropiado comparar las cifras de encuentros de 2021 con 2020, debido a las restricciones de movilidad (cierre de fronteras, toques de queda, suspensión del transporte público, etc.) impuestas por los gobiernos para contener la pandemia del COVID-19, puesto que estas medidas limitaron de manera importante la posibilidad de los desplazados de movilizarse entre los países del corredor migratorio.

El incremento sustancial del desplazamiento forzado en el corredor migratorio ha desbordado la capacidad de los precarios servicios y redes de protección a migrantes en tránsito en los países de la ruta migratoria, especialmente en los centroamericanos, puntos de partida y de tránsito para los cientos de miles de personas que buscan llegar cada año a Estados Unidos de América.

Siendo el desplazamiento forzado un fenómeno irregular y que discurre al margen de los registros migratorios oficiales, se utiliza el registro de los encuentros en la frontera sur de EE.UU. como un indicador proxy de la cantidad de personas que intentan cruzar esa frontera. Otro dato que merece atención y que complementa la información de los encuentros, es el proporcionado por el personal que atiende a migrantes en tránsito en México entrevistado en 2018 por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México, quienes estimaban que el 25% de los migrantes que transitaban por México conseguían cruzar la frontera con EE.UU.; también indicaron que alrededor del 30% y el 50% de los migrantes se terminaba quedando en México.

Otro indicador proxy que se puede utilizar para determinar cuántos migrantes cruzan con éxito la frontera con EE.UU. son las nuevas personas que se registran cada año para enviar remesas hacia sus países de origen, por ejemplo, en el caso de Guatemala se estima que en 2019 se registraron aproximadamente 150,000 nuevas personas para enviar remesas a sus familiares.

Teniendo en cuenta el dato de nuevas inscripciones para envío de remesas y la cantidad de encuentros en ese año, el porcentaje estimado de personas que consiguieron cruzar con éxito la frontera sería de 35.7%, diez puntos porcentuales más de lo indicado en la encuesta del CNDH. En otras palabras, a las cifras de encuentros se les tendría que sumar al menos un 25% de personas que consiguen cruzar con éxito la frontera, para tener una estimación del total de personas que se ven forzadas a migrar.

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