ONU Mujeres ofrece programas de atención y empoderamiento a mujeres venezolanas migrantes y refugiadas en Brasil

(Brasil, 10/09/2019) ONU mujeres, agencia de las Naciones Unidas para fomentar el desarrollo de las mujeres en el mundo, ha establecido servicios de atención para mujeres venezolanos migrantes y refugiadas en Brasil.

Antes de las 8 a.m., bajo un abrazador sol ecuatorial, docenas de  mujeres venezolanas migrantes y refugiadas se alinean frente a la Iglesia Consolata en Boa Vista, la capital de la ciudad de Roraima, un estado al norte de Brasil que es frontera con Venezuela.

 

Entre ellas se encontraba una mujer de 49 años, Briggitte Jimenez. Llegó a Boa Vista en febrero de 2019, después de que los servicios de salud públicos suspendieron la atención médica del cáncer. Su hijo de 17 años tiene cáncer gástrico y Jimenez dejó a sus otros tres hijos en Venezuela esperando salvar a su hijo mayor. Sola e incapaz de trabajar mientras cuidaba a su hijo a penas consciente,  Jiménez hizo cola junto a las otras mujeres con la esperanza de recibir asistencia de ONU Mujeres.

Con fondos del  Fondo del Centro de Respuesta para Emergencias de las Naciones Unidas (CERF), ONU Mujeres ofreció varios servicios y capacitación desde noviembre 2018 a marzo 2019. Jiménez  fue en búsqueda de asistencia psicosocial y apoyo monetario. El programa se enfocó en mujeres en extrema vulnerabilidad, así como aquellas que viven en las calles, con problemas serios en salud o discapacidades, a cargo de un familiar o en riesgo de ser víctimas de explotación sexual o trata.

Briggitte Jiménez esperó por varios días antes de ser una entre docenas de mujeres en ser analizada y asignada a un tratamiento gratuito psicosocial  y ayuda financiera.

«Este fue el primer apoyo que tengo en Brasil», dijo. «Ellos vieron mi depresión y los psicólogos me ayudaron a salir ese oscuro hoyo en el que me encontraba, ahora enfrento la realidad tal como es. Ahora estoy más conectada con mi propia fuerza».

Con una fe inquebrantable, Jiménez cuidó de su hijo y administró el dinero que recibió para comprar alimentos que él pudiera digerir. También realizó algunos de los talleres sobre empoderamiento económico.

«Venimos con la idea que llegaremos aquí y nos darán todo, pero eso no es cierto, admitió. «El curso que realicé con ONU Mujeres sobre educación financiera me enseño como ahorrar dinero y usarlo de manera más sabia».

Realizado junto a la Oficina del Defensor Público en el estado de Roraima y la Universidad Federal de Roraima, el sector privado y la agencia de las Naciones Unidas, los talleres han llegado a 1.148 mujeres y 177 hombres. Los temas se deciden con base en lo que las mujeres consideran necesitan más: resolución de conflictos, calificaciones profesionales, emprendimientos, cocina y clases de manualidades, y conversaciones con hombres sobre la no violencia y compartir responsabilidades.

Grabierla Ávila, 33, enseñó a Briggitte Jiménez y a otras 107 mujeres sobre las habilidades que ella también aprendió, como ahorrar, gastar e invertir la ayuda financiera recibida.

Durante los primeros 3 meses de 2019, 609 mujeres fueron atendidas en Boa Vista por el equipo multidisciplinario de ONU Mujeres compuesto por tratamiento psicosocial, 77 recibieron asesoría legal y 444 obtuvieron dinero de emergencia que pueden gastar en sus emergencias y necesidades inmediatas.

«Cuando comenzamos a trabajar en terreno, las mujeres solían decirnos que sentían que eran escuchadas por primera vez desde que llegaron al país», dijo Fernanda Givisiez, coordinadora de apoyo psicosocial.

La oficina en Boa Vista abrió en Noviembre de 2018 para brindar una perspectiva de género a la respuesta humanitaria nacional. Según las últimas estadísticas de la Policía Federal de Brasil, al rededor de 500 venezolanos han ingresado a Brasil diariamente. Roraima registró a la mayoría, 10.000, la mitad actualmente vive en refugios y otros que no tienen los recursos para alquilar una habitación, viven en las calles o en edificios abandonados.

En Pintolândia, albergues de emergencia exclusivos para grupos indígeneas Warao y E’ñepá que llegan de Venezuela, las mujeres también reciben habilidades para aumentar los ingresos y, así como su producción de elaboración de manualidades.

Traducción no oficial

Fuente oficial