OCHA: «4.9 millones de personas recibieron asistencia humanitaria en Venezuela durante 2020»

(Caracas, 20/10/2o21) La Oficina de Coordinación para Asuntos Humanitarios (OCHA), informó que en Venezuela, la respuesta humanitaria en 2020 alcanzó a 4,9 millones de personas vulnerables, 9 por ciento más de la población meta del Plan 2020. «Este logro se debe particularmente a la cobertura amplia de algunas intervenciones de los Clústeres de Salud y de Agua, Saneamiento e Higiene (ASH) en establecimientos públicos y en sistemas de infraestructura», señala el reporte. Además, se destaca que en el área de salud, la población alcanzada superó en un 22 por ciento a la población meta original; y en ASH alcanzó un 52 por ciento más de lo planificado.

Según OCHA, en línea con los objetivos estratégicos del Plan de Respuesta Humanitaria, la respuesta contribuyó a la sobrevivencia y al bienestar de las personas afectadas. Según muestran los datos de monitoreo, aproximadamente 3,5 millones de personas se beneficiaron de tratamientos o procedimientos entregados en hospitales priorizados; 436.000 niños y niñas menores de 5 años, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia accedieron a servicios de prevención de la desnutrición aguda y deficiencias en micronutrientes y 232.000 personas recibieron asistencia alimentaria en alguna modalidad, entre otras actividades críticas.

Las actividades humanitarias también contribuyeron a la sostenibilidad de los servicios esenciales. En el caso de salud, 306 hospitales recibieron equipos, insumos y/o medicamentos esenciales, mientras que en el de agua, reparaciones para mejorar sistemas, contribuyeron a que 2,6 millones de personas tuvieran acceso a agua segura y saneamiento en sus comunidades. En educación, se distribuyeron kits de materiales escolares a 560.000 niños, niñas y adolescentes (NNA) y, mediante programas de alimentación escolar, se apoyó a 166.000 NNA, entre otras actividades. En el área de protección, se dio apoyo para que las instituciones relevantes pudieran asegurar el acceso a la documentación legal, alcanzando a 521.000 personas. Los actores humanitarios también reforzaron los medios de vida de 284.000 personas con equipos, insumos o formaciones para la resiliencia, y mejoraron el acceso a espacios de alojamiento colectivo para 87.000 personas.

Finalmente, la respuesta fortaleció los mecanismos institucionales y comunitarios para prevenir, mitigar y responder a los riesgos de protección. Las capacitaciones en comunidades sobre temas de protección de la niñez alcanzaron a 430.000 personas, las de prevención y mitigación de la violencia de género a 95.000 y las de riesgos de protección, incluyendo los asociados a la movilidad humana, a 152.000. También se llevaron a cabo actividades para asegurar el acceso a servicios especializados, alcanzando a 26.000 personas con servicios de protección y asistencia material, a 5.000 personas en riesgo y/o sobrevivientes de violencia de género y a 129.000 NNA afectados y en riesgo.

OCHA afirma que en parte, estos logros fueron alcanzados por el aumento de la capacidad de respuesta de las organizaciones humanitarias que contribuyeron a implementar las actividades prioritarias definidas en los marcos de acción de los clústeres. El número de organizaciones reportando actividades humanitarias aumentó de 94 en 189 municipios, en marzo de 2020, a 123 en todos los 335 municipios del país, a finales de diciembre de 2020. El número de organizaciones contribuyendo al Plan también aumentó de 61 socios en 2019 a 129 en 2020 y a 144 en 2021.

Más allá de las intervenciones planificadas, la respuesta humanitaria en 2020 se adaptó de manera oportuna a las necesidades emergentes derivadas de la pandemia y nuevas dinámicas en la movilidad humana. En marzo de 2020, después de los primeros casos confirmados de la COVID-19 en Venezuela, se desarrolló un plan intersectorial de preparación y atención a la pandemia, dando respuesta a las solicitudes de apoyo de las autoridades venezolanas para combatir la propagación de la COVID-19, afrontar su impacto socioeconómico y brindar atención multisectorial a las personas retornadas más vulnerables. El plan incluyó un enfoque en fortalecer las redes de atención en salud, incluyendo los centros centinelas, aumentar la capacidad de las personas para tomar medidas preventivas, incluyendo acceso a agua segura, y la prestación de asistencia en zonas fronterizas debido al aumento de personas retornando desde Colombia y Brasil, con el fin de mitigar los riesgos de protección y brindar apoyo intersectorial, incluyendo hidratación, alojamiento temporal digno y seguro, servicios de respuesta a la violencia basada en género (VBG) y materiales de prevención de la COVID-19. En el marco del período de lluvias (de mayo a noviembre), donde comunidades de los estados de Aragua, Falcón, Táchira y Zulia fueron afectadas por las inundaciones, varias organizaciones humanitarias, en coordinación con las autoridades locales, apoyaron la respuesta, distribuyendo kits de higiene, botellas de agua y kits de dignidad.

Cabe destacar, sin embargo, que las necesidades de las personas alcanzadas no siempre se atendieron en su totalidad. En muchos casos, las personas alcanzadas recibieron bienes o servicios dentro de una actividad sectorial puntual, por ejemplo, la distribución de un kit de higiene o la participación en una jornada de salud. Para responder a las necesidades de manera integral y continua (como acceder a agua segura regularmente o recibir tratamientos médicos completos) se requieren más recursos y mejor acceso para poder fortalecer el enfoque multisectorial a las necesidades de las personas más vulnerables. El bajo nivel de financiamiento para varios clústeres y los desafíos operativos, incluyendo los asociados a la pandemia por COVID-19 que obligó a las organizaciones humanitarias a reorientar sus recursos y actividades, no permitieron alcanzar el número de personas meta en varios de los clústeres, como es el caso de Nutrición, Educación, Seguridad Alimentaria, y Alojamiento Energía y Enseres. Esto afectó la intersectorialidad de la respuesta y se refleja en las disparidades en términos del alcance de las metas previstas para los objetivos del Plan. Por ejemplo, actividades como tratamientos terapéuticos de nutrición, distribuciones de comida preparada y la atención psicosocial en personas se vieron afectadas y no alcanzaron las metas planificadas.

En cuanto al alcance geográfico, la respuesta humanitaria alcanzó a todos los municipios, sin embargo, se observan disparidades en los distintos estados del país. La respuesta se concentró en zonas fronterizas y en la zona de Gran Caracas, donde hay más organizaciones humanitarias y mayor acceso. En cambio, en estados como Amazonas, Monagas, Sucre y Anzoátegui, priorizados en el Plan 2020, la baja presencia de actores humanitarios y desafíos puntuales de acceso no permitieron cubrir las necesidades humanitarias, alcanzando a un menor número de personas.

Considerando la desagregación por género y edad y en línea con las metas planificadas, un 54 por ciento de las personas alcanzadas fueron mujeres. En términos de edad, la pandemia de la COVID-19 tuvo un impacto significativo en las personas adultas mayores, por lo tanto, la respuesta alcanzó a más personas en este grupo respecto a la meta. Las actividades del Clúster de Salud llegaron a 10 veces más mujeres adultas mayores que la meta establecida en el Plan 2020 y a 8 veces más hombres adultos mayores. Sin embargo, la proporción de NNA beneficiadas fue menor que la planificada (37 por ciento de las personas alcanzadas, en comparación con 47 por ciento de la población meta).

OCHA señala que la falta de información desagregada limita la posibilidad de hacer un análisis más detallado sobre el alcance de la respuesta humanitaria para otros grupos vulnerables, tales como personas con discapacidad o comunidades indígenas. Sin embargo, para las comunidades indígenas, en 2020, 48 organizaciones humanitarias, en su mayoría ONG nacionales y locales, reportaron algún tipo de actividad a este grupo poblacional en los estados de Zulia, Bolívar, Delta Amacuro, Apure y Amazonas. Algunas organizaciones también reportaron dificultades logísticas y administrativas para acceder a las zonas más remotas y de difícil acceso de estos estados.

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