Informe: El efecto del COVID-19 sobre la inclusión económica de los venezolanos en Colombia

(Washington D.C, 29/10/2020) El Centro Global para el Desarrollo y Refugees International han realizado una investigación conjunta sobre los efectos que ha tenido la pandemia por COVID-19 en las personas venezolanas migrantes y refugiadas que se encuentran en Colombia.

De acuerdo a la investigación realizada por Jimmy Graham y Martha Guerrero Ble, al ser Colombia es el país con mayor número de venezolanos desplazados, con cerca de 1.8 millones de refugiados venezolanos en mayo de 2020. El gobierno colombiano ha tenido un acercamiento abierto y constructivo hacia ellos, que ha incluido el
otorgamiento de permisos de trabajo y residencia y la suministración de alivio humanitario. Sin embargo, los venezolanos refugiados en Colombia aun enfrentan varios obstáculos en cuanto a la inclusión económica, advierte el informe. Además, se señala que debido a estos obstáculos, la población venezolana en Colombia ganan menos que colombianos a la par, y enfrentan altos niveles de pobreza, riesgo de desalojamiento e inseguridad alimentaria. El COVID-19 ha agravado estos retos, aumentando el desempleo e intensificando la precariedad de la situación de los venezolanos. La investigación parte del iniciativo de “Dejenles Trabajar,” resume los impactos que el COVID-19 ha tenido en las vidas de tanto los colombianos como los venezolanos, investigando los obstáculos que
ambos enfrentan en acceso al mercado laboral. Luego se identifican maneras prácticas para que el gobierno colombiano, donantes, organizaciones internacionales y ONGs puedan superar esos obstáculos.

El Impacto del COVID-19 en los venezolanos en Colombia

Los venezolanos en Colombia enfrentaban un amplio rango de barreras hacia la inclusión económica incluso antes del brote de COVID-19. Como resultado, incluso aunque se hayan controlado otros indicadores de los resultados del mercado laboral (específicamente edad, sexo, educación y ubicación), los venezolanos estaban ganando en promedio 30 porciento menos que los colombianos para octubre del 2019. También era más probable que se encontraran trabajando en el sector informal. Las mujeres venezolanas enfrentaban unas brechas salariales especialmente grandes. Como resultado, muchos venezolanos, y mujeres venezolanas en particular, estaban batallando en cubrir sus necesidades básicas.

Para comprender hasta donde el COVID-19 ha agravado estas situaciones, resulta de gran ayuda el examinar datos acerca de dónde se encuentran trabajando los venezolanos dentro de la economía. De acuerdo a la OIT, el COVID-19 ha afectado negativamente algunos sectores de la economía global— en términos de salarios e índices de empleo—más que otros. Por ello, si un empleado o dueño de empresa se encontraba en un sector de alto impacto antes del brote, es más probable que hayan perdido su trabajo o negocio o experimentado pérdidas de ingresos.

Los datos nacionales representativos del mercado laboral del gobierno colombiano de agosto a octubre del 2019 muestran la proporción de venezolanos trabajando en cada sector de la economía . Al momento de la encuesta, el 64 porciento de los venezolanos empleados se encontraban trabajando en sectores altamente impactados, a comparación del 47 porciento de los colombianos con empleo. Además, dado que muchos venezolanos se enfrentan a enormes obstáculos para su inclusión económica, incluyendo barreras legales y prácticas que les impiden el acceso a trabajos formales, puede ser más difícil para ellos cambiarse a sectores que han sido menos impactados.

Es probable que las mujeres venezolanas se hayan visto mayormente afectadas , con el 78 porciento de mujeres venezolanas empleadas trabajando en los sectores altamente impactados, comparado con el 57 porciento de hombres venezolanos empleados y 59 porciento de mujeres colombianas empleadas.

Los venezolanos son más propensos a estar trabajando de manera informal. Y dado que los trabajadores informales tienen menores protecciones en su lugar de trabajo—las cuales previenen ante la pérdida de ingresos y de trabajo—pueden experimentar consecuencias aún más severas debido al COVID-19.26 De acuerdo a la encuesta, el 46 porciento de los empleados venezolanos estaban trabajando de manera informal, comparado con el 35 porciento de empleados colombianos.

El alto índice de empleo informal para los venezolanos es probablemente debido a las muchas barreras de inclusión económica a las que se enfrentan.28 Estos altos índices de informalidad, a cambio, conducen su alto índice de empleo hacia los sectores más impactados—esto debido a que los sectores dominados por la informalidad también
tienden a verse más impactados por la pandemia. Entre todos los trabajadores informales en Colombia a finales del 2019, más de la mitad se encontraban trabajando en los sectores altamente impactados. Por ello, los esfuerzos para disminuir las barreras del mercado laboral a los venezolanos, podría ayudar no sólo con su inclusión económica a largo plazo, sino también con la recuperación económica después de la pandemia.

Las dificultades del mercado laboral de los venezolanos se han traducido en un amplio número de retos. De acuerdo a encuestas conducidas antes y después de la imposición de las medidas de confinamiento realizadas por el Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM), el porcentaje de familias venezolanas consumiendo tres comidas al día ha caído del 69 porciento al 26 porciento.29 Además, la expulsión ha sido extendida, el 25 porciento de los venezolanos dicen que no saben dónde vivirán el próximo mes, y muchas familias se han quedado sin hogar.Las mujeres y niñas venezolanas son especialmente vulnerables. Los índices de violencia doméstica se encuentran al alza y, enfrentadas a pocas alternativas, algunas podrían recurrir a mecanismos de adaptación negativos tales como el sexo por supervivencia. Aún antes del brote, algunas mujeres y niñas eran forzadas a tomar estas medidas extremas; la crisis económica podría forzar aún mas a hacerlo.

Enfrentándose a estas dificultades, miles de venezolanos desplazados en Colombia están migrando fuera de Colombia, e incluso muchos están regresando a Venezuela de la desesperación. Una encuesta reciente de venezolanos en tránsito indicó que la pérdida de trabajo y desalojamientos eran los motivos principales de la migración desde Colombia, jugando un papel importante al forzar al 77 y al 40 porciento, respectivamente, a reubicarse. Mientras que algunos están optando a migrar dentro de Colombia o incluso hacia un nuevo país, la mayoría están volviendo a Venezuela. De hecho, de acuerdo con las autoridades
colombianas de migración, desde el 14 de marzo al 3 de agosto, más de 95,000 venezolanos regresaron a Venezuela. Sin embargo, los cierres de fronteras del gobierno venezolano están volviendo difícil o incluso imposible para muchos otros el completar la travesía. E incluso para aquellos que logran llegar a Venezuela, la situación económica en el país es tan precaria como siempre, y el sistema de salud no cuenta con la capacidad de manejar
efectivamente la pandemia. Por ello, muchos venezolanos se ven forzados a elegir entre dos opciones igualmente difíciles, con pocas oportunidades económicas o sistemas de apoyo tanto en Colombia como en Venezuela.

Sin embargo, aún queda mucho más por hacer para apoyar a los venezolanos y a las comunidades anfitrionas por igual. Los venezolanos aún se enfrentan a vulnerabilidades económicas extremas, y muchos colombianos se encuentran sufriendo también. Además, existe un inmenso déficit en el financiamiento de programas relacionados a los medios de subsistencia, seguridad alimentaria, salud, educación, protección y más. Al 5 de octubre, solamente cerca del 23.7 porciento del financiamiento requerido para la respuesta regional de Venezuela bajo el Plan de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP) había sido obtenido.

Inclusión Económica de Venezuela ante el COVID-19: Progreso, Disparidades y Beneficios

En marzo, el presidente Duque buscó implementar medidas para ampliar la inclusión económica de los venezolanos de manera que pudiera también mejorar la respuesta ante la pandemia. En un intento de ampliar la capacidad del sistema nacional de salud para afrontar la pandemia, anunció que el gobierno trabajaría para acelerar la validación de los títulos de los profesionales de la salud venezolanos. Políticas similares habían sido replicadas alrededor del mundo, con países como Perú y el Reino Unido implementando medidas para incluir a los profesionales médicos refugiados en la lucha contra el COVID-19.Con muchos venezolanos en Colombia contando con títulos médicos avanzados y experiencia en el sector salud, este esfuerzo podría ser un paso importante para apoyar a los ya sobrecargados sistemas de salud, al mismo tiempo que permitiría a los venezolanos altamente educados y con amplia experiencia el utilizar completamente sus habilidades dentro de la economía. Sin embargo, la comunidad médica se opuso fuertemente al esfuerzo, sosteniendo que el país no tenía desabastecimiento de profesionales de la salud.A pesar de esta oposición, se ha reportado escasez de personal en cuidados intensivos durante la pandemia. No obstante, como resultado de la presión realizada por la comunidad médica, el gobierno revocó dicha política.

La recurrente imposibilidad de los profesionales médicos para validar sus credenciales es parte de un conjunto amplio de barreras que limitan la inclusión económica para los venezolanos en Colombia. Como se mencionó previamente, estas barreras incluyen procesos difíciles para la validación de credenciales y habilidades, altos niveles de discriminación, una falta de acceso legal al mercado laboral formal, y una alta concentración de venezolanos
en áreas con altos índices de desempleo (tales como Cucuta y Riohacha). El gobierno identificó estas y otras barreras en su estrategia de generación de ingresos para los venezolanos y comunidades anfitrionas, la cual detalla obstáculos tanto prácticos como legales para la integración venezolana y establece un plan de acción tanto para el gobierno como para sus aliados – incluidos ONGs, donadores, y otras organizaciones internacionales—para sobrellevarlos.46 Pese a que la estrategia de generación de ingresos fue creada previa a la pandemia, las barreras que identifica se mantienen relevantes.

Sin embargo, la reacción negativa de la comunidad médica ante la expedición de verificación de credenciales muestra que existen obstáculos políticos sustanciales para el progreso de la estrategia de inclusión económica, los cuales son exacerbados con los niveles crecientes de xenofobia. De acuerdo a una encuesta realizada por el Proyecto Migración Venezuela, el porcentaje de entrevistados con una opinión desfavorable acerca de los venezolanos en el país, aumentó de 67 porciento en febrero al 81 porciento en abril. A medida que la pandemia continúa lastimando la economía colombiana, es probable que la xenofobia continúe creciendo, como ha sido el caso en otros países alrededor del mundo.

Aunque las percepciones locales pueden tentar a los creadores de políticas colombianos a continuar limitando la inclusión económica de los venezolanos, el hacerlo podría ser contraproducente. En primera instancia, si los venezolanos tuvieran la posibilidad de aplicar sus habilidades en el mercado laboral, podrían incrementar la productividad de las empresas, dando como resultado ingresos más altos y más oportunidades de empleo para los locales. Una mayor inclusión económica también se traduciría en ingresos más altos y un mayor índice de empleo dentro del sector formal para los venezolanos. De hecho, estimamos en el caso de estudio adjunto (donde se utilizaron datos previos a la pandemia) que si todas las barreras para la inclusión económica de los venezolanos fueran disminuidas, el ingreso promedio mensual para los venezolanos crecería de $131 a $186 dólares—lo que se
traduciría en un incremento de al menos $996 millones de dólares en el PIB anual de Colombia—y que el número total de trabajadores venezolanos formales se incrementaría de 293,060 a 454,107.49 Y con ingresos más altos y más trabajos formales, los venezolanos experimentarían niveles más bajos de pobreza, menores preocupaciones de protección, menor dependencia a la ayuda, y una recuperación más rápida de los efectos económicos del COVID-19. También podrían gastar más dentro de la economía, dando pie a mayores ingresos para los negocios locales y un incremento de ingresos fiscales para el gobierno.

Estos beneficios resultan más relevantes que nunca a medida que las necesidades y el sufrimiento entre venezolanos incrementa y el país permanece atrapado dentro de una recesión económica. Con los pequeños negocios batallando,50 el potencial empuje en la productividad que ofrecen los venezolanos será muy necesaria. Enfrentando grandes déficits fiscales, el gobierno necesitará mayores ingresos por impuestos. Con una disminución en la
demanda agregada que acompaña a la recesión, un incremento en el gasto de los venezolanos podría ayudar a estimular la economía. Y considerando los altos índices de desempleo, será importante el no restringir a los venezolanos únicamente al sector informal. Esto es debido a que la presencia de grandes poblaciones de refugiados o migrantes típicamente no impactan de manera negativa a los ingresos o índices de empleo locales—a menos que los refugiados o migrantes se encuentren confinados a ciertos sectores del mercado laboral.52 Por ello, al abrir
el mercado formal a los venezolanos y al disminuir otras barreras hacia el trabajo formal (tal como la dificultad en el proceso de validación de credenciales), el gobierno colombiano podría reducir la competencia concentrada de trabajo y mitigar cualquier efecto negativo del mercado laboral.

Durante la pandemia, el gobierno colombiano y sus aliados se han enfocado correctamente en mayor medida en el apoyo humanitario que en la inclusión económica. Con oportunidades económicas limitadas para todos y vulnerabilidades extremas entre los venezolanos, las medidas más importantes han sido aquellas diseñadas para ayudar a los individuos a cubrir sus necesidades básicas. El gobierno ha tomado algunas acciones durante
la pandemia que apoyan a la integración económica de los venezolanos, principalmente a través de su intento de incluir a los profesionales médicos en la respuesta al COVID-19 y a través de la entrega de apoyos en efectivo (en conjunto con organizaciones internacionales) a los más vulnerables—una herramienta efectiva para moverse aún más con un enfoque hacia la recuperación económica y la inclusión.

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