Secretario General de la ONU hizo mención sobre la crisis migratoria venezolana durante su discurso en la Asamblea General

El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, durante su discursos ante la 74° Asamblea General, habló sobre los retos a los que el mundo se está enfrentando, entre ellos mencionó la crisis migratoria de venezolanos.

A continuación sus declaraciones:

La Carta de las Naciones Unidas envía un claro mensaje a todos nosotros: las personas están primero. Las primeras palabras de la Carta – «nosotras las personas»- es un llamado para colocar a las personas en el centro de nuestro trabajo. Todos los días. En todos lados. Personas con corazones rotos y esperanzas. Sobre todo, los derechos de las personas.

Esos derechos no son un favor a ser ganado o retenido. Son un dote por el simple hecho de ser humano. A través de la primera mitad de mi mandato, he tenido la buena fortuna de conocer a personas al rededor del mundo – no en salas de reuniones doradas, sino donde viven, trabajan y sueñan. Y los he escuchado.

He escuchado familias en Pacífico del Sur quienes temen que sus vidas sean barridas por el aumento de los mares; jóvenes refugiados en el Medio Oriente anhelando regresar a sus escuelas y hogares; sobrevivientes al ébola en Kivu del Norte luchando por reconstruir sus vidas; mujeres que demandan igualdad de oportunidades; personas de todas las creencias y tradiciones quiénes sufren simplemente por quiénes son, así como muchos otros.

Estamos viviendo en un mundo en inquietud. Mucha gente teme ser pisoteadas, frustradas, dejadas atrás. Las máquinas toman sus trabajos. Los traficantes toman su dignidad. Los demagogos toman sus derechos. Los señores de la guerra toman sus vidas. Los combustibles fósiles toman su futuro.

Y aún así las personas creen en el espíritu y las ideas que nos trajeron a este salón. Ellos creen en las Naciones Unidas. ¿Pero acaso ellos creen en nosotros? ¿Ellos creen que como líderes, los pondremos en primer lugar? Porque nosotros, los líderes, debemos entregarnos a los pueblos.

Las personas tienen derecho a vivir en paz. Un año atrás, en esta sala, hable sobre los vientos de cambio a pesar del caos y la confusión de nuestro mundo. Desde ese momento, algunas de estas corrientes continúan moviéndose en direcciones prometedoras. Contra todas las expectativas de muchos, elecciones realizadas pacíficamente en Madagascar, Maldivas, y en la República Democrática del Congo, por nombrar algunos. Grecia y la República del Norte de Macedonia resolvieron su disputa de muchas décadas. Diálogo político en Sudan y el proceso de paz en República Centro Africana ha renovado la esperanza.

Y un muy buscado paso adelante ha sido tomado en el camino político de la tragedia en Siria, y en línea con la resolución del Consejo de Seguridad. Como anuncie ayer, se ha alcanzado un acuerdo con todas las partes (involucradas) para un comité constitucional creíble, equilibrado e inclusivo de propiedad siria y liderado por Siria. Mi enviado especial acaba dejar Dasmoco después de finalizar los últimos detalles con el gobierno y la oposición. Las Naciones Unidas ven hacia adelante de encontrarse con el Comité en Ginebra en las próximas semanas.

Pero, a través del firmamento, vemos conflictos, terrorismo que se esparcen y el riesgo en aumento de una nueva carrera armamentístico. Interferencias externas, a menudo violando las resoluciones del Consejo de Seguridad, haciendo los procesos de paz más difíciles. Y muchas otras situaciones continúan sin ser resueltas, desde Yemen hasta Libia, desde Afganistán y más allá.

Una sucesión de acciones unilaterales amenazan con entorpecer un solución bilateral entre Israel y Palestina. En Venezuela, 4 millones de personas han huido de su país, uno de los desplazamientos más grandes del mundo. Las tensiones se han elevado en el Sur de Asia, donde las diferencias deben ser atendidas a través del diálogo. Y por encima de todo, estamos enfrentando la posibilidad alarmante de un conflicto en el Golfo, con consecuencias que el mundo no puede permitirse. Los ataques recientes a los complejos petroleros de Arabia Saudita son totalmente inaceptables.

Traducción no oficial

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